4 de desembre 1993: El Govern Civil de Barcelona inicia un procediment sancionador contra vuit independentistes de Mataró, entre els quals em trobo jo, per la concentració del 12 d’octubre davant la caserna de la Guàrdia Civil.
Tenim el “privilegi” de ser els primers a qui s’aplica l’article 23 de l’anomenada «Llei Corcuera» per un acte realitzat a la capital del Maresme.
El text de les acusacions no té pèrdua: «el día 12.10.93 al iniciase los actos oficiales de celebración de la Patrona del Cuerpo de la Guardia Civil en el Acuartelamiento de Mataró, se encontrava Vd. en la puerta principal de acceso al mismo en compañia de otros individuos intentando boicotear el normal desarrollo del acto, profiriendo gritos e insultos mientras se personaban en el lugar las distintas Autoridades asistentes al mismo.
Igualmente, durante la celebración de los actos oficiales en el interior del patio de la Casa Cuartel de la Guardia Civil Vd. permaneció en el exterior coreando slogans contrarios, tanto a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, como a la celebración de la Fiesta de la Hispanidad, y participó en la rotura de varias placas de vías públicas de esa localidad reivindicando su sustitución por otras pertenecientes a escritores catalanes.
En consecuencia, su comportamiento contribuyó a alterar el normal desarrollo de los actos que allí se estaban celebrando, originándose desórdenes graves en dicho lugar, causandose daños graves en bienes de uso público, y provocando con tal actitud reacciones en el público que podrían haber alterado la seguridad ciudadana». El text acaba dient que «cada una de las infracciones anteriormente tipificadas podrán ser corregidas con la siguiente sanción: Multa de 50.001 a 1 millón de Ptas».
Sí, sí, ho has llegit bé. Ens volen clavar una multa de fins a un milió de pessetes per haver anat a una concentració.